viernes, 31 de mayo de 2013

DE HILLARY A PAUNER...O CUANTO HEMOS CAMBIADO

 Recuerdo perfectamente aquella tarde en el Colegio Nuestra Señora del Pilar popularmente conocido como "el instituto".

Estaba ya muy avanzada la primavera de 1958 y el sol ya "castigaba" con sus rayos el viejo patio del colegio donde, de cinco a seis menos cuarto de la tarde , nos relajabamos de las dos primeras horas de clase de la tarde para acometer la ultima hasta las siete que saliamos de clase.

Y recuerdo cuando el Sr. Alloza, tocándome en el hombro, me dijo: "Antes de salir al recreo pasa por el despacho del director".

Todas mis alarmas se encendieron...decirte que pasaras por el despacho del director era la peor noticia que podias tener. Comencé rápidamente a pasar revista a mis últimas horas... había llegado puntual, había traído hechos todos los deberes, me había comportado bien con todos los profesores, no había reñido con  ningún compañero...el balance me salia mas que positivo pero segui inquietándome aquella cita en el "despacho del director".

Llegó la hora del recreo y al final del claustro en lugar de girar hacia la derecha para salir al recreo lo hice hacia la izquierda en dirección al temido despacho...

Y allí , junto al Señor Campos el director, me esperaba el Señor Alloza...tenía la sensación de que mi estomago estaba oprimido por una mano desconocida que me dificultaba la respiración...

Pero ninguno de mis temores se cumplieron. El Sr. Alloza me habló de un "proyecto educativo" nuevo que, con el visto bueno del Director, quería poner en marcha. Mis temores se habían disipado pero comencé a preguntarme que pintaba yo en aquello que me estaban contando.

Y me lo epxlicó el señor Alloza. Dijo que tres cuartos de hora de recreo era desperdiciar mucho tiempo, menos mal que hace años que no ejerce, y que había decidido, con el permiso del director, recortarlo en un cuarto de hora.

Y, claro está, como las clases ya están programadas hay que dedicar esos quince minutos a una actividad nueva. Y esa actividad nueva va a ser la lectura.

A partir de mañana un alumno leería para todos en el "estudio" un libro que el, el Sr. Alloza, elegiría. Y mañana vas a ser tú, me dijo, quien inicie estas lecturas.Se me escapó preguntarle que porque yo y me contestó que porque de los que mejor leiamos era el que mas "cara" tenía y no me iba a dar "verguenza".

Y a continuación me dio el libro que ya tenia seleccionado. Cuando lo tuve en mis manos lei el titulo :"La ascensión al Everest". Era un libro con sobrecubierta desde la que, en tonos azules pálidos y grises un rostro ,quemado por la intemperie y con una barba de varios días escarchada por el hielo, emergía de un enorme abrigo forrado de pieles. Una cara con una semsación de surimiento que no había visto ni en lso "cristos" de nuestros libros de Religíón.Era Edmond Hillary que con el Sherpa Tenzing Norgay habian subido al Everest por primera vez el 29 de Mayo de 1953.

Llevatelo, me dijo, y te controlas quince minutos de lectura y la preparas bien para mañana.

Aquella noche, en la banca de la cocina y a la luz del carburero, me dispuse a leer aquellos quince minutos de lectura...pero fueron muchos mas..me apasionó tanto su lectura que seguí hasta que la llama del carburero, por falta de carburo, comenzó a extinguirse... creo que aquella noche comenzó a pasionarme la montaña. Mala cosa para quienes vivimos en los llanos...

Al día siguiente, antes de salir al recreo, el Sr. Alloza anunció el nuevo proyecto y el "recorte" de recreo.Como se ve ya entonces había recortes.

Yo dediqué el recreo a "repasar" los quince minutos. Quería "quedar bien".

Y cuando llegó el momento el Sr. Alloza anunció que yo iba a ser el que iba a iniciar las lecturas. Me sentí "orgulloso" cuando dijo que me habia elegido a mí porque leía muy bien. Por supuesto es obvio decir que en ningún momento aludió al hecho de que en mi elección había influido , ademas de leer bien, el hecho, no tan positivo, de que tenia mas "cara" que otros lectores tan buenos como yo o quizá mejores.

Y subí a la tarima. Me senté en la mesa, la que ocupaban los profesores que vigilaban el estudio, y comencé a desgranar aquella maravillosa aventura que había llevado a Hillary y Tenzing a la cima mas alta del mundo...

A lo largo de los días siguienres se fueron sucediendo los lectores y todos fuimos compartiendo aquella aventura.

Aprendí en aquella lectura cosas y términos que nunca habia antes habia oído ni leído. Y, como digo, me embrujó la montaña. Lamentablemente algo dificil de disfrutar en nuestra zona. Y entonces no se viajaba..

Agoté los libros que en la Biblioteca hablaban de escaladas, travesías alpinas, cordadas....y un día en la imprenta Sanz "apareció" un libro titulado "El primero de la cuerda". En su portada la imagen de un escalador desafíando una pared casi vertical. Lo había escrito un autor al que yo no conocía de nada: Roger Frison Roche. Entré a preguntar el precio y, como suponía, excedía de mis posibilidades. Nuestras posibilidades entonces se reducían a ahorrar alguna peseta de nuestro exiguo presupuesto de los domingos....le dije al Sr. Sanz, el padre de Paco y de Jose, si me lo guardaría..recuerdo que sonrío me dió un cachete cariñoso en la cabeza y me dijo: "Dame lo que tienes y te lo llevas. Ya me iras pagando lo que falta" : Entonces dscubrí, aunque no lo supe entonces, la compra a plazos.

Lo leí rapidmente en la chopera frente a mi torre mientras escuchaba el discurrir del agua del Rio Guadalope....Aquel fué mi primer libro relacionado con la montaña.

Pasaron los años y la mili, siempre se dice que no hay ma que por bien no venga, me hizó aterrizar en Jaca. Y además de en Jaca en una Compañia de Esquiadores Escaladores...un año viviendo en la montaña...tres cursos de escalada, uno de esqui, travesías de supervivencia, marchas diurnas y nocturnas.....fui feliz.

Disfrute de la soledad de ser el primero de la cuerda..cuando delante solo tienes una pared que te plantea todas las dificultades posibles...detrás un paisaje cambiante según vas ascendiendo en la pared...y arriba solo el cielo.

Y sentí la sensación extraordinaria de llegar "arriba"...cuando la pared desaparece y el horizonte se extiende ante ti...el soplo de la brisa en la cara que refresca el sudor del esfuerzo...y, sobre todo, la inmensa soledad...

Y todavía recuerdo la extraña sensación en el estómago cuando descendías en "rapel" o en un descenso con los "esquies" viendo como ls pinos se desplazan rapidamente a derecha e izquierda.

Y me sentí infinitamente pequeño en noches de ventisca donde apenas veías un metro delante de ti...

Por fín, gracias a la mili, pude disfrutar de todas aquellas sensaciones imaginadas y soñadas a partir de aquella tarde de la primavera de 1958 en que fui elegido, por leer bien y tener "cara", para leer "La ascension al Everest"

Hace unos días Carlos Pauner ha estado pñor el Everest..todos los dias nos mandaba videos, lo llamaban por teléfono desde "El Larguero", Sebastian Alvaro o Alvaro Sebastian, no consigo poner en orden sus nombres, nos contaba la aventura...y asi sabiamos que en estos momentos hay por alli casi seiscientas expediciones, casi casi como El Rocío, o que el mismo Pauner en un momento determinado había llegado a un  punto en el que habia un montañero muerto y congelado...¡Ah! y que además lo dejan todo perdido de basura. Ademas basura de la que no se descompone.

Y viendo todo este circo, porque luego esta lo de los sponsor y subvencionadores, me venia a la cabeza aquel libro que leimos hace muchos años unas tardedes de primavera en el Colegio Nuestra Señora del Pilar..y lo de ahora no me provoca ninguna de las emociones que sentí entonces..

Por eso cuando Pauner corona con éxito otro ochomil a mi ni fu ni fa...y el otro dí viendolo llegar a la estación de Delicias, por cierto que igual es mas dificil salir de esa estación que hacerte un ochomil, recordé la cara de Hyllary en la portada de aquel libro y no pude evitar exclamar: ¡ Vaya chiquilicuatre!.

¡Cuanto hemos cambiado....!  Y yo me he hecho muy "mayor".






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